ZUNÁI - Revista de poesia & debates

 

GALERIA

YONNY IBÁÑEZ

 

NOTAS SOBRE JUAN GUALBERTO IBÁÑEZ (YONNY) A PROPÓSITO DE SU EXPOSICIÓN CONSTRUCCIONES/DESTRUCCIONES

Lázara Castellanos

 

I

Visitar a Juan Gualberto Ibáñez (Yonny) es acceder a una zona sagrada. Después de traspasar la reja, adentrarse en el selvático jardín y penetrar en la casa –quinta adquirida por su antepasado Juan Gualberto Gómez– nos hallamos en un espacio sin edad, pues así lo ha querido Yonny Ibáñez al hermanar eclécticamente el refinamiento del crepúsculo finisecular de XIX, asentado rígidamente sobre las convenciones sociales más exquisitas, con la contemporaneidad más absoluta, signada por la opresiva inquietud del siglo XX. La mezcla heterodoxa de estilos, produce un barroquismo de nuevo tipo en la que ninguna evocación es mentirosa y cada elemento busca su correspondencia en su opuesto.

 

II

Tras algunos intentos por imitar la realidad, en los años sesenta, Yonny Ibáñez se vuelca en la técnica de la no figuración expresionista, aunque su mente racional siempre intente encontrar una relación con lo natural (en la actualidad busca y halla correspondencias entre los lienzos pintado en esta época, una realidad de mundos estelares: esferas destellantes y formas en movimiento, realizadas con colores brillantez, con fotografías del espacio exterior tomadas recientemente con los sofisticados instrumentos de la NASA), aunque no deja de abordar la figura (el artista nunca ha sido un ser absoluto). Los años de aprendizaje con su amiga Loló Soldevilla, a quien profesa aún una intensa devoción, y la acción de integrarse al grupo “Espacio” organizado por ésta, revolucionaron su pensamiento.
Pasado un tiempo, Yonny Ibáñez se decide por la figura, conformando seres extraídos de un mundo de pesadilla, dominados por un destino atroz, emparentados con las inquietudes de las más jóvenes promociones, indagando en la nueva figuración. Sin embargo, este artista que vive como un poseso en su castillo particular, desdeña tener un estilo y para demostrarlo viaja por caminos diversos, algunos contradictorios; así, aparecen sus dibujos y pinturas exóticos, la serie de dibujos con boxeadores y deportistas donde se manifiesta un intenso hedonismo que se detiene en los cuerpos hermosos y el dinamismo del movimiento. También se interesa en las naturalezas muertas, generalmente con flores para, cada cierto tiempo, continuar con la no figuración. El artista se abandona a su voluntad de mostrarse inquieto, inclasificable, desgarrador, a la vez que extraordinariamente riguroso.

III

Las obras de su más reciente exposición –pinturas y esculturas en la técnica del ready make– pertenecen a un momento muy fecundo en la vida del creador. La década de los años ochenta dejó sus huellas en la obra de diversas promociones y generaciones, y en este hombre, particularmente sensible, logró captar, dentro de su alejamiento del mundo del arte del momento, lo esencial. Los rostros deformes, simulacros de sobrevivientes de la cámara negra y el terror, y los objetos esculturados que el artista denomina “incorporaciones” muestran un ímpetu movedizo e inaprensible que lo conduce a extremos: del espacio volumétrico al planimétrico, de la figuración a la negación de la figura. Esta obra quiere parecer espontánea, plena en su cualidad imaginativa, en el sentido espacial, hecha con referencias conformadas por una notable cultura, en su sentido más amplio. En ella, prima lo gestual con un cierto automatismo en el trazo (la pintura); mientras en la escultura sentimos el cálculo y la racionalidad en la proporción de los elementos, pero en toda ella, aparece la gran indagación experimental y el desafío a sus contemporáneos. La insistencia en el uso continuado de materiales “de resaca”, “recuperados”, “encontrados” al alcance de la mano en los momentos más urgidos, puede parecer una tachadura al valor de la obra en sí. Aunque, quizá, el uso de materiales sofisticados, sancionados por el mercado, legitimados en las “necesidades” de diletantes, snobs, fans, dotaría a sus obras de una cierta carga negativa, el emparentamiento con la Academia, que sería como una cadena al pie, la sujeción poco pertinente de esta energía primigenia por la sacralización del consumo. El valor de estas obras está en la rudeza de la ejecución de un imaginario extraído de un corazón sangrante, organizadas por una mente racional.

 

IV

Yonny Ibáñez desciende de una de las ramas más fecundas del patriciado histórico de la Nación, Juan Gualberto Gómez, un fundador. Desde pequeño, Yonny se relacionó con personajes claves de la cultura y la historia del país. De esa relación surge un contexto espiritual que se superpone al entorno físico. Su amistad con Virgilio Piñera, su cariño hacia Loló Soldevilla, su respeto admirado por Dulce María Loynaz, entre tantos otros, define la raíz de su cubanía. Aprendió de todos. En las artes plásticas, Lily del Barrio le enseñó las reglas de la pintura y Loló Soldevilla le mostró cómo violentarlas para transformar el arte en una aventura para toda la vida.
Como vive en presente, su obra es testimonio y mensaje. Yonny Ibáñez reproduce el mundo que lo rodea, un universo más síquico, evolucionando en su discurso en la medida que el entorno cambia. De los muchos artistas de su generación, pocos muestran esa capacidad camaleónica para el disfraz.

 

V

Durante demasiado tiempo, Yonny Ibáñez se ha constituido en un centro vital desde los márgenes. Al vivir dentro y fuera de la ciudad y realizar sus obras dentro y fuera de la Historia del Arte Cubano , permanece confinado a una “tierra de nadie”, un sitio para la investigación. Si en el principio, su obra muestra una armonía apacible y feliz, una Arcadia plena de transparencias, sus experiencias posteriores lo conducen al horror (ver las series Decapitaciones, Fuerzas brutales y Fosa común) en obras marcadas por los accidentes del tiempo. A pesar de todo, este monstrorum artifex no habla desde una cárcel de espejos, sino desde el centro del laberinto. Sus obras tejen el Hilo de Ariadna.


(Extraído do site Cuba Underground,  http://cubaunderground.com/yonny/anotaciones.htm)

 

Mais sobre Yonny Ilbâñez:

Como el Ave Fenix, por Israel Castellanos León.

Veja a galeria do artista.

*

 

retornar <<<

[ ZUNÁI- 2003 - 2005 ]